No sabĂa como provocaba ataques en mis demonios, como los activaba y detonaba la bomba dento de mi.
Aparentemente, Ă©l decĂa conocerme bien. Pero claro, no le habia hecho el amor a cada uno de mis demonios, no los habĂa seducido, no tenia el placer de conocerlos.
El sĂłlo conocĂa la superficie...
Y yo habĂa decidido que no merecĂa llegar al fondo.