
Una escena del teatro del absurdo.
Una bizarreria.
Un triangulo ridÃculo, un circo sin payasos ni leones.
Una canción con una melodÃa psicodelica.
Una estrella, un cielo, un aire feroz que me grita que todo esta bien.
Una escena del teatro del absurdo. Una escena.
Todo lo que habÃa vivido habÃa quedado plasmado en un montón de recuerdos que antes me habÃan dañado. Ahora, mi mente era una álbum fotográfico, donde mis recuerdos permanecÃan totalmente intactos, recordándome diariamente la magia de vivir.
SentÃa la magia corriendo por mis venas, en cada gota de mi sangre. Esa sangre que antes yo misma habÃa provocado.
Sentir la respiración, escuchar mi propia respiración, mirar el cielo, descubrir colores que jamás habÃa visto, olores que jamás habÃa percibido.
Pensamientos tan maravillosos, deseos de vivir.
El aire golpeandome la cara mientras me recuerda la grandeza de las cosas simples.