
Muchas veces desee estar tres metros bajo tierra.
Me consumĂa dĂa a dĂa sin vivir, temerosa de todo...
...Pero un buen dĂa desperte del estado que yo catalogaba como "zombie".
Es gracioso recordarlo...no, en realidad no lo es.
Vivà por tres años (y contando...) en una pesadilla autoproclamada.
Recuerdo cuando despertaba totalmente adormecida. Odiaba la sola idea de abrir los ojos y ver el mundo tan igual. Tan lleno de maldad, de sueños rotos, de frustraciones, de nada.
Creo que muchos habran notado que siempre escribo acerca de la nada.Bueno, si lo hago es porque la vivĂ realmente de cerca. ConvivĂa en total pacifidad con ella. Despertaba con ella, me dormĂa con ella, hacĂa el amor con ella, porque la nada me hacĂa sentirme amada en soledad. Amada por nada...por nadie.
Pero un dĂa (un bendito dĂa, debo decir) me cansĂ© de esto.
Me cansĂ© de la nada, porque un dĂa ella se marchĂł, tal como lo hacĂa el resto. Entonces me dĂ cuenta de que yo misma atraĂa mis desgracias. Pueden llamarle karma, ley de la atracciĂłn, pecados o blablabla, catalogarla como cualquier otra cosa en el mundo. Pero me dĂ cuenta de eso y ahĂ fue cuando comenzĂł la magia.
Desperté cansada de mi autoproclamado estado zombie.
Deje de recordar cosas tontas y empezĂ© a maravillarme por el aire que magistralmente entraba por mis pulmones, y que a su paso parecĂa llevarse cualquier dolor. Y no me refiero a dolor fĂsico, quiero decir que mi alma estaba por fin sanando.
Y aquà estoy. Sigo maravillandome por el milagro de despertar cada mañana.
Sigo maravillandome por el chico que me sonrĂe de forma coqueta.
Tengo 18 años, por Dios! Me falta vivir....no puedo darme el lujo de vivir sumida en los ayeres (si, "los ayeres"... fueron tantos!)
Y asà fue como desperte... y asà fue como comenzé a vivir.

Lo imposible no es imposible... es solo dificil de conseguir.